Algunos elementos desechables
llegan a conmoverme mucho más
que la máscara de oro de Ramsés.
La cáscara de un huevo, por ejemplo,
deja un hueco de vida por delante
más libre y más decente
que el trono tan brillante y sempiterno
de un faraón de oro y pacotilla.
Más me conmueve el calcio de la cáscara,
habitáculo azul de una paloma,
que un imperio glorioso de esclavitud.
(De "La mano del mortero es de madera"
Gloria Rivas)