martes, 11 de febrero de 2014

FIODOR DOSTOIEVSKI

Leo a Dostoievski con la devoción de las pías y la complicidad de los malos. Con la atención en las hondas reflexiones que el protagonista explica para justificar el crimen y con la perplejidad de los adolescentes curiosos. 
Descubro otra vez la buena literatura en la novela del siglo XIX, que expone la complejidad de la psicología humana y las pústulas de las sociedades enfermas con la naturalidad de los personajes más sinceros.
Subo a las pensiones que rodean la Plaza del Heno, en Petersburgo, me asomo a las habitaciones sórdidas, humeantes de hambre y alcoholismo y miro por los ojos de la niña que llora de miedo, en un rincón, sin saber todavía que hay "personas de categoría inferior" llamadas también ordinarias, y personas diferentes, preparadas para la destrucción y el movimiento.
Leo a Dostoievski como si fuera un novelista contemporáneo que insiste en que la naturaleza humana es la que es y avanza con la lentitud de las estrellas que no llegan ni a apagarse.
Recomiendo vivamente la lectura de este autor ruso mientras hago un descanso en la página 301 de Crimen y castigo.

                                                              Gloria Rivas Muriel. Febrero 2014.

3 comentarios:

  1. Te acompaño, tocaya. No te muevas de ahi que yo voy a buscar esa página 301...

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  2. Descubro tu blog. Comparto contigo el gusto por este autor, por sus personajes,por esa sociedad, por su locura... Aliosha, Zósimo de Los Hermanos Karamazov, ahora también estoy con Crimen y castigo. Un plácer su lectura. Un saludo.

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  3. Pues...la he encontrado, ejem... creo que tendría que encontrar las otras 467 páginas para poder descansar junto a ti con mayor merecimiento. Quizá me decida a buscarlas un día.

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